Ante el abuso de algunas marcas y de la publicidad en sí, surgió un movimiento reaccionario que reivindica la iconosfera sostenible de nuestro entorno.
Es el Culture Jamming, que nació en los años 80 como un movimiento de resistencia cultural mediante acciones de comunicación de guerrilla.
El Culture Jamming trata de filtrarse en los medios de masas, produciendo mensajes negativos basados en los mismos sistemas de signos y códigos que emplean los propios medios (intervienen en ellos y luego lo devuelven a la sociedad pero reformulados satírica y críticamente).
Son mensajes que atacan el consumismo y a las grandes corporaciones para conseguir que los consumidores se replanteen sus hábitos de consumo.
Cualquier acto que distorsione o ataque la cultura popular puede considerarse Culture Jamming: actos como la intrusión mediática, el terrorismo artístico,o la más utilizada: el subvertising o contrapublicidad. Ésta consiste en utilizar la expresividad de los textos y las imágenes publicitarias para subvertirlos y producir interferencias semánticas a través de la descontextualización, el humor, la provocación, la sátira, etc.
Estos son algunos ejemplos: